Cazadores de agujeros negros tratan de resolver un enigma cósmico
- dmendicini
- 21 abr 2015
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Una imagen del telescopio espacial Hubble muestra la galaxia Henize 2-10, que alberga un aguero negro escondido en su centro. Crédito: NASA/ESA.
Henize 2-10 es una pequeña galaxia irregular que no se encuentra demasiado lejos en términos astronómicos, a unos 30 millones de años-luz. "Se trata de una galaxia enana con brotes de formación de estrellas - una pequeña galaxia con regiones donde se forman estrellas muy rápidamente - con un tamaño que es el 10 por ciento del de nuestra Vía Láctea", afirma Ryan Hickox, del departamento de física y astronomía de Dartmouth. "Si lo miras, es un manchurrón, pero sorprendentemente alberga un agujero negro central".
Hickox afirma que puede haber galaxia pequeñas similares en el Universo conocido, pero ésta es una de las pocas que están suficientemente cerca como para permitir la realización de un estudio detallado. El autor principal de la investigación, Thomas Whalen, Hickox y un equipo de investigadores han analizado un conjunto de cuatro observaciones en rayos X de Henize 2-10 empleando tres telescopios espaciales durante 13 años, proporcionando datos concluyentes acerca de la existencia de un agujero negro.
"La galaxia era brillante en 2001 pero con el tiempo ha perdido brillo", afirma Hickox. "Esto no concuerda con que la fuente de energía sean los procesos de formación de estrellas solamente, así que casi con toda certeza tenía un pequeño agujero negro supermasivo - pequeño comparado con los agujeros negros supermasivos mayores en galaxias elípticas masivas, pero todavía con una masa de un millón de veces la del Sol".
Una gran pregunta es de dónde vienen los agujeros negros. "Cuando la gente intenta simular de dónde proceden las galaxias, tienen que poner estos agujeros negros al principio, pero no sabemos realmente cuáles eran las condiciones. Estas galaxias enanas con brotes de formación estelar son las análogas más cercanas que tenemos en el Universo de nuestro alrededor de las primeras galaxias en los albores del Universo", explica Whalen. Los autores concluyen que "nuestros resultados confirman que las galaxias cercanas que están formando estrellas pueden de hecho formar agujeros negros masivos y esto implica que también podían sus contrapartidas primordiales".
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